Días del 279 al 320
Hola a
todos, no es que nos hayamos olvidado de escribir, que no nos hemos olvidado pero…
después de mucho tiempo como turistas (más gastos que ingresos), hemos empezado
a trabajar y no paramos ni un instante en el día y claro haber quien es el
guapito que tras trabajar más de 8 horas se pone a escribir. Pero finalmente
tras una breve deliberación, hemos decidido escribir, ya que la idea era
contaros el final y enseñaros las últimas fotos a nuestro regreso…
¡Ya estamos
de vuelta en Australia! Despegamos en una noche de frío invernal en Nueva
Zelanda y llegamos al invierno cálido de Sydney. Lo primero nada más llegar, ya
que era nuestra tercera entrada al país, los amables señores de la aduana
(sarcasmo total), nos retiraron los pasaportes y nos reunieron por separado,
para bombardearnos a preguntar y averiguar de donde sacamos el dinero para
estar viajando tanto tiempo ya que Australia es muy caro y porque entrábamos
otra vez al país. Nuestra respuesta fue sencilla, me lo da mi madre que esta
forrada… A él que le importa, en fin tras responder a sus preguntas y decir
finalmente que somos helpex (Exchange trabajo por alojamiento y comida), nos
dejaron entrar.
Nuestra siguiente aventurilla es que nuestro equipaje
especial, nuestras preciadas tablas, no salían, finalmente tras media hora de
espera, que nos sirvió para tranquilizarnos un poco, ya que los aduaneros nos
habían dejado un poco temblorosos, no hay que olvidar que somos trabajadores
ilegales, finalmente salieron. Más tarde debíamos coger un tren al centro, pero
casualmente, las líneas estaban cortadas y tuvimos que coger un autobús ¡gratis!,
cosa que nos pareció una buena noticia, ya que nos ahorramos 30 dólares. A
nuestra llegada, tuvimos que cambiar de autobús y coger otro, pero otra vez la
suerte estaba de nuestro lado y como solo disponíamos de 50 dólares el
conductor, nos perdono el ticket ¡yujuuuuuuuuu! Pero no acaba aquí la cosa, al
coger el siguiente autobús que ya nos dejaba en nuestro destino, después de
cambiar a monedas y billetes, como era su último viaje y nos vio tan cargados,
el conductor nos invitó al trayecto… Esta es nuestra ciudad en Australia,
Sydney nos ama, jajaja.
A nuestra llegada a la casa, nos recibieron Pepe & Sunday, dos perros muy cariñosos
y Bell & Gordon, una pareja peculiar y agradable de treinta y tantos, nos estaban esperando con una cervecita. Más tarde nos instalamos en nuestra habitación ¡preciosa!
y comimos una rica cena con un
vino exquisito. Tras la típica charla, nos fuimos a la cama ya que estábamos
exhaustos.
El domingo,
no nos dejaban trabajar, pero después de mucho insistir, trabajamos. El trabajo
para el siguiente mes y medio era restaurar la casa de al lado, ya que la
querían alquilar. Con lo que en los siguientes días, hemos lijado, pintado,
puesto azulejos, hemos hecho algo de carpintería, electricidad, limpieza, poner
moqueta… En este momento ya está casi terminada, sólo quedan cuatro cosillas y listo para entrar a vivir. Somos unos expertos restauradores y todo ello sin
ayuda externa, solo nosotros dos ¿alguien tiene que restaurar algo en su casa?
Jajaja..
En la casa
junto a esta adorable pareja, vive Harrison
su hijo de dos años al que adoramos y nos pasamos las horas jugando con él.
Algún día que otro nos ha tocado hacer de canguro, pero bien, poco a poco vamos aprendiendo jejeje. También vive Christophe un francés loco, que paga renta por
una habitación, su trabajo es el de pastelero y gracias a él, Iván consiguió su
primer empleo. Pepe & Sunday son dos perros que también viven en la casa,
son unos chuchos muy majetes que les encanta que les tiren el palo a todas
horas.
Los
siguientes días a nuestra llegada los pasamos trabajando en la casa, buscando trabajo
por el barrio… tenemos tantas cosas que contaros que se nos olvida lo mejor,
pero lo dejamos para luego. Por donde iba, ahh ¡sí! poniendo carteles en los
supermercados y disfrutando de la maravilla del lugar.
La casa,
esto es lo mejor,
estamos en un barrio de Sydney bastante caro, en concreto estamos en la calle
más cara del barrio, esto es porque la casa da a la ría, donde se ve el puente
de Sydney y un poco la ópera, todos los días vemos unas puestas de sol
increíbles.
Las vistas desde la casa son inmejorables.
Tenemos canoas, con las que hemos salido un par de veces a remar.
Cañas de pescar, donde pescamos desde el jardín.
El sitio es un paraíso en
medio de la ciudad, se te olvida que estas en una ciudad de 4 millones y medio
de habitantes, a tan solo 10 minutos del centro en ferry y poco más en bus,
pero que si vas andando como a una hora y poco. En estos momentos nadie diría
que somos backpackers (mochileros) como dice nuestro amigo Christophe,
parecemos millonarios, jajaja.
Algún día
Iván ha cocinado para todos exquisitas cenas y sobre todo el día que hizo una
paella. Estaba deliciosa y encima en una paellera.
Una vez que
uno encuentra el primer trabajo todos vienen seguidos, Iván empezó en la panadería
limpiando cacharros, ya que también ponen bocadillos, lasañas y comidas, los
domingos. Tras su primer día, a la jefa le gustó como funcionaba y le dio trabajo
de repartidor lunes, jueves y sábados, con lo que se levanta a las 5 y cuando
llega de repartir es ayudante de cocina, los domingos friegaplatos. Mientras
Ainho hace las horas de Iván en la casa y los días que Iván no trabaja en la
panadería trabaja en la casa. A los pocos días, le llamó un español, en
concreto un gallego que lleva muchos años en Australia para hacer chapuzas,
pero bueno, tras trabajar el primer día y tener que trabajar con radial en
altura, Iván le dijo que a ese precio no le interesaba, ese día se lo pagó a
buen precio ya que le había dicho que era para pintar no para soldar. A los
pocos días otra llamada de un Australiano, parece ser que poner un cartel con
nuestras habilidades y el teléfono en el supermercado fue una muy buena idea,
el caso es que esta vez Iván le puso el precio alto y el hombre dijo que si. Tras
su primer día, quedo impresionado y tras insistir Iván en que su novia era muy
buena pintora accedió a que ella también trabajara y le pago 5 dólares más la
hora ¡increíble! con lo que vamos una o dos veces por semana 8 horas al día a
pintar a la casa de Hans, un par de señores mayores psiquiatras más que
forrados de trabajar, donde nos tratan súper bien.
El gallego volvió a llamar a Iván a los dos días y le dijo
que si quería trabajar que allí tenía trabajo, pero le dijimos que teníamos
trabajo para dos semanas. Así quedo la cosa, pero el lunes volvió a llamar de
nuevo y le dijo que pondría un precio que le necesitaba, así que después de
mucho meditar, Iván deja la panadería ya que le pagan una miseria y se dedica a
chapucero a tiempo completo.
Así es, a día de hoy Iván ha dejado la panadería para
trabajar con el español puesto que al final le paga a buen precio la hora y
encima le tratan a mimo, no sabemos hasta cuando tendrá trabajo con los
gallegos padre e hijo pero trabajando menos horas que en la panadería, librando
el domingo y sin tener que levantarse tan temprano gana más dinero ¡perfecto!
Además, compaginando este trabajo con el del australiano Hans y la casa de Bell
& Gordon.
El sábado
10 de agosto estábamos trabajando juntos en la casa de Bell & Gordon y
llegó Christophe para preguntarnos que si nos gustaría ir por la tarde a ver
un partido de fútbol australiano, en
concreto de los Swans de Sydney, que su jefa le había regalado 4 entradas para
ver el partido del sábado por la noche. Sin pensarlo mucho accedimos y la
verdad es que fue una experiencia única. Pasamos un frío del carajo, pero nos
echamos unas risas. Unas cervecitas antes del partido con unas patatitas fritas
en el descanso, con muy buena compañía.
Hace dos
semanas que nos hemos trasladado a la habitación del ático, donde estaba
Christophe, una habitación muy acogedora cuya puerta es secreta tras una
estantería en el salón.
Estamos muy bien lo que pasa que en una de las ventanas
no hay cortina y cuando sale el sol a las 6 los ojos como platos jejejeje,,
pero todo hay que decir que para las 10 ya estamos dormidos.
Con tanto
trabajo os podéis imaginar que trabajamos los siete días a la semana entre 8 y
11 horas al día, pero volveremos a casa con un poquito de dinero. En realidad,
paramos el día del cumpleaños de Iván,
donde nos levantamos tarde (a las 9 de la
mañana), Iván abrió los regalos, una postal increíble de felicitación de su
familia, un libro (es el regalo que mas ilusión me ha hecho en mi vida, casi más
de siete meses sin leer) que le enviaron sus padres y un montón de regalitos
que la churri le regaló. Tremendamente agradecido e ilusionado al recibir las felicitaciones de toda mi familia, os quiero.
Más tarde comimos pronto y nos fuimos a dar un paseo
en piragua de 3 horas hasta un parque nacional que se suponía que estaba cerca,
pero… total que igual que cansados que si hubiéramos trabajado jejeje, pero
mucho más gratificante.
Cenamos un rico guiso a manos de Bell
y de postre una
tarta hecha especialmente por Christophe para Iván de fresa y chocolate, un
buen regalo que un pastelero te haga una tarta para ti en su día de fiesta,
todo un privilegio. Después de soplar las velas con Harrison,
Bell y Gordon le regalaron
un llavero de Australia para abrir cervezas a Iván. Un cumpleaños extraño lejos
de los nuestros, pero divertido.
Cuando
tenemos un ratito nos relajamos en casa,
nos vamos a pasear y a ver alguna cosa que nos queda de ver por
la ciudad.
El miércoles 29 de agosto, fuimos a ver una exposición
de arte en la isla Cockatoo ¡asombroso! en la cuál se levantó el mayor
astillero de Australia durante el siglo XX y también fue una prisión y
reformatorio. Para ir tuvimos que acceder en ferry y Bell nos dio un par de
pases que finalmente no usamos ya que en el ferry no nos los pidieron,yujuuuuuuuuuuuu!
Algún día hemos ido a la playa hacer surf pero ahora está
más complicado porque necesitamos un día entero puesto que tardamos más de una
hora y media en llegar así que… ¡poco surf! Pero no nos podemos
quejar.
Nos
despedimos de todos, no sin antes terminar felicitando a SARITA, que el pasado
7 de Agosto cumplió 25 años, al igual que nuestro amigo NACHO el 8 de Agosto y,
el 25 de agosto la abuela de Iván cumplió un añito más ¡FELICIDADES ABUELA!
Esperamos que hayáis disfrutado de vuestro día y un abrazo muy fuerte para
todos. Seguir disfrutando del verano.
¡Empezamos la cuanta atrás para la vuelta a casa!