AUSTRALIA 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10 de Noviembre 2011

                      Días 12, 13, 14, 15, 16, 17 y 18     

Los días empiezan todos igual, aunque sin monotonía, nos despertamos a las siete de la mañana en donde quiera que nos encontremos, normalmente dormimos en zonas de playa como dos noches en Port Maquarie, Coffs Harbour, Surfers Paradise y Maroochy y Noosa Heads. Aunque otros días hemos dormido en pueblos de carretera por el cansancio como en Ballina.

Tras un copioso desayuno, nos pegamos un bañito de un par de horas disfrutando de las mejores olas, para más tarde tomar rumbo al siguiente destino.

En Port Maquare compramos por fin la tabla de Ainho,

 visitamos el rompeolas, un lugar donde los turistas pintan cada piedra, 

un lugar muy chulo, no hay ni una sola piedra sin pintar y hay verdaderas obras de arte.

De Port Maquarie fuimos a Nambucca Heads, pasando por Kempsey donde no paramos a visitar el pueblo, pero vimos los primeros canguros,

 madre mía que ilusión fue todo un subidón de adrenalina ver a esos bichillos en cautividad. En Nambucca Heads estuvimos en la playa Beilby donde tras un paso por medio del bosque accedimos a la playa de Shelly.

De Nambucca Heads nos dirigimos a Coffs Harbour, un lugar acogedor, en el que cogimos buenas olas y conocimos a un tipo peculiar, que nos canto unas canciones que el mismo había compuesto y que nombraba Byron Bay. Visitamos la gran banana,

 en conmemoración a los antiguos australianos, que pensaban que la tierra tenía forma de banana. Cuando salimos del baño de la tarde, a Ainho se le acercó un lagarto enorme con cara de mala pulga,

  no veas la cara de susto que se la puso, más tarde un señor de la zona, que lo espantó, nos dijo que no era peligroso, pero el susto, es el susto.

De camino Byron Bay desde Coffs Harbour, nos encontramos en una explanada una treintena de canguros tranquilamente comiendo y descansando.

Como hay muchos kilómetros a Byron Bay, hicimos noche en Ballina, un pueblecito de gente corriente, en el que prácticamente solo dormimos y desayunamos. Ya en Byron Bay, aparcamos donde pudimos ya que todo era pagando. Comimos medio corriendo porque todo el mundo nos miraba, aunque igual era porque la paella de pollo tenía una pinta exquisita.

Por la tarde, dimos una vuelta por el pueblo y nos fuimos como llegamos. Conclusión: Olas pequeñas, pueblo turístico total y gente pija, muy pija, aunque alguno se libraba, como por ejemplo, el tipo de Coffs Harbour que volvimos a ver.

Desanimados de  Byron Bay nos fuimos a Tweed Heads, un pueblo muy chulo con grandes jardines. Desde la playa se puede ver Surfers Paradise con sus grandes edificios,

 el sitio es un lugar increíble pero cobran por aparcar y no se puede pernoctar en el vehículo. Así que pusimos rumbo a Surfers Paradise, una ciudad que no hace honor a su nombre, un sitio con edificios de 50 plantas y carísimo, dicen que si tuviera nombre de famosa se llamaría Paris Hilton así mal puede ser paraíso surfero. Llegamos de noche y solo dormimos.

Después de desayunar, nos encaminamos rumbo a Brisbane, donde libramos desde por la mañana, ya que era un lugar que para aparcar había que pagar dos dólares la hora y nosotros pagamos un dólar por todo el día… y nos pateamos los ocho kilómetros de ruta que nos sugirió la Loly. Vimos todo lo importante, pero lo que más nos chocó, fue Streets Beach,

 una playa artificial, puesta en medio de la ciudad, en la que todo el mundo se podía bañar, con asadores eléctricos para cocinar y todo completamente gratuito, muy fuerte. Nos gusto un montón para ser una gran ciudad. Más tarde, cuando nos disponíamos a cambiar euros por dólares, paramos en un lugar en el que solo se podía aparcar hasta las tres y media, otro golpe de suerte, cuando llegamos, las cuatro menos cuarto, una grúa venía derechita por nosotros. Un buen día en la gran ciudad.

De Brisbane con buen sabor de boca y ganas de entrar al agua, nos dirigimos a Moolooloba, pero sin querer, quiero decir sin querer por que están pegados, aparecimos en Maroochy, un pueblecito costero, con una buena cresta y gente amable.

Ahora estamos en Noosa, con un gran parque natural en medio de la ciudad y gente despreocupada, aunque tiene un lado pijo, pero no te miran raro por ir en furgo. Por cierto, ayer aquí en Nossa, vimos un Koala por primera vez,

 son como Nico pero con uñas y eso, jajaja. Queremos uno para casaaaa!! El segundo día nos hemos levantado, un baño, una duchita con jabón que ya tocaba, la compra casi diaria en nuestro supermercado Coles para luego deleitarnos con una barbacoa eléctrica en la entrada del Parque Natural de Noosa. Toda una hazaña ya que un pájaro desvergonzado nos ha quitado volando de la parrilla un trozo de carne y luego volando para quitarnos más, pero esta vez estábamos preparados. Después de comer paseo por el parque de diez kilómetros bordeando la costa, donde nos hemos encontrado con unos simpáticos delfines.

Casi todos los días almorzamos frutita, por no decir todos los días pera (2,64 dólares el kilo frente a pasando los 9 las manzanas, nectarinas…), que junto a los kiwis que los tomamos para desayunar es lo más económico. Por la mediodía, a eso de las dos, nos hacemos la comida, que suele ser variada, desde los típicos macarrones con carne picada a una paella de pollo, un poco dura, pero sabrosa o una parrillada en un parque natural. Por la tarde, un bañito y para merendar otra pieza de fruta o sándwich de bonito o pollo. Para cenar a eso de las ocho, más o menos, también comida variada, compramos al día en el súper, y comemos desde los típicos huevos a un pez parecido a la panga, que a la plancha y con limón sabe bien y no es caro del todo. También hay que decir que algún día solemos cenar leche con cereales y galletas.  Partida de cartas y a las nueve y media a la cama (aquí se hace de noche a las siete de la tarde).

Estamos estupendamente y os echamos en falta a todos, pero con ganas de seguir viviendo un montón de aventuras y pensando en trabajar, pero bueno, todavía nos quedan casi tres semanas de estar perdidos por aquí. Os queremos y gracias por seguirnos!!