Días del 205 al 226
Hola a
todos, estas últimas semanas para nosotros han estado cargadas de nuevas
sensaciones, nuevos retos y hemos conocido a gente increíble.
El martes
después de conducir unos 180
kilómetros llegamos al café Litchfield,
en medio de un
parque natural, rodeado de árboles y riachuelos supuestamente cargado de
cocodrilos (digo supuestamente porque nosotros no vimos ninguno), pájaros de
todas las clases, wallabís (canguros pequeños), cerdos y Moo,
un perro muy
amigable que venía todas las mañanas a saludarnos cuando nos levantábamos. Nada
más traspasar la puerta descansaba un cartel que decía “se vende” y a su
izquierda otro que decía “Café cerrado”, nos miramos y dijimos, pero donde nos
hemos metido…
Aparcamos la furgo en el aparcamiento y buscamos por los
alrededores a los propietarios, que estaban sentados tomando un cafecito junto
a dos helpx más y Mark el encargado. Tras la presentación, un cafecito, para
después aparcar la furgoneta en el lugar donde pasaría las siguientes dos
semanas… El trabajo ese día fue algo normal para un café, el cual en el momento
solo atendía a tours de autobuses ya que en Octubre del año pasado se había
quemado y hasta que no abrieran el nuevo atendían debajo de una tejavana con 6
docenas de mesas y dos centenares de sillas. Contado esto, el trabajo fue sencillo,
preparar el buffet, recogerlo después, fregar y secar los platos. Por la tarde,
el trabajo fue hacer un incendio controlado de las 2 hectáreas de bosque
que tiene, algo diferente pero parece que aquí todo el mundo lo hace (al
parecer en la época de lluvias crece una cantidad increíble de maleza que mide
como un metro, cuando llega la época seca esa maleza se seca y el día que no
hay viento nos ponemos cada uno en una punta con mangueras, se prende fuego y
así se previene que si hay alguna negligencia como tirar un cigarrillo en un
día con viento no arda todo el parque natural, algo extraño pero bastante
popular por aquí).
El resto de
los días los pasamos limpiando cámaras frigoríficas recuperadas del incendio,
limpiando baños, ayudando con el buffet en el café, fregar y secar platos,
haciendo una fosa séptica, montando muebles de cocina, regando árboles y plantas,
preparando bocadillos para los trabajadores de una obra en el parque nacional y
ayudando en lo que iba saliendo por allí, en total unas 5 horas de trabajo no
muy duras por lo general seis días a la semana.
Las comidas
eran lo mejor, al estilo Australiano, por la mañana tostadas con mantequilla y
mermelada, cereales, café, té, leche… (todo lo que quisiéramos). Las comidas
flojillas pero abundantes, prácticamente todos los días comíamos ensaladas
exceptuando algún día que comíamos bocadillo para ir de excursión… Y lo mejor
era la cena, copiosas comidas típicas australianas, desde carne cocida y luego
horneada con ricas salsas, a chuletones enormes con patata dulce y huevos, a barbacoas de salchichas. Algún día también se preparó comida asiática
en el Wook y uno de las noches Mark nos
preparó un cena típica caribeña aunque el tío es holandés, jajaja. Todo ello
regado de una cervecita diaria que nos asignaban nuestros jefes (Julian y Louise)
como recompensa de un buen y duro trabajo, además de una porción de tarta de
queso de mango, esta no todos los días.
Una vez
terminada la jornada de trabajo a eso de la una del mediodía y después de comer,
solíamos jugar a las cartas, dar paseos por los alrededores y algunos días nos
íbamos con Mark, un par de cervezas y unos bocatas de excursión a los
alrededores, como a nadar en las cataratas Wangi, a ver trampas de cocodrilos,
ver pinturas aborígenes y andar por las cascadas Florence. Además, de los 20 kilómetros que nos
hicimos por el parque en una bicicleta que nos prestaron para ir a pasar el día
a las cataratas Wangi.
Unos días geniales con buena compañía (quitando los
otros Helpx que no eran muy buenas
personas pero nos quedamos con lo bueno), descubriendo nuevas formas de cocina,
sabores diferentes y costumbres diferentes.
Pasadas las
dos semanas nos propusieron quedarnos más tiempo, pero no había dinero de por
medio, además de que allí no había cobertura para que nos pudieran llamar de
Darwin para un trabajo remunerado y con todo el dolor de nuestro corazón rechazamos
la oferta. Así que la última noche entre el Jefe (Julian), Mark, Ainho e Iván
nos tomamos más de 50 cervezas más un botella entera de Tequila…
Nosotros
celebramos a la vez San Juan y la victoria del Mirandés. Una noche llena de
risas, buenas vibraciones y la inesperada visita de un Kookaburra (pájaro típico
Australiano) el cual se posó en una rama y con ayuda de un trozo de carne Iván
logró que se posara en su mano, para intentar pasárselo a Ainho, pero se voló
en el intento, es algo rarísimo porque es un ave rapaz y no se acerca a los
humanos, pero ese día la suerte nos sonrío. Buena gente y muy buenos días.
Decidimos
partir el lunes, nuestro día de descanso, pero antes de irnos Mark nos preparó
unos riquísimos huevos con bacon como despedida.
Ese día aprovechamos para ver
unas pozas que estaban de camino, las Berry Springs, unas pozas de agua
azulísima con peces de colores y agua calentita.
Los dos
siguientes días los pasamos buscando trabajo, levantándonos a las 6 de la
mañana (para prevenir multas) y esperando la esperada llamada.
El jueves a eso
de las 8 de la mañana estaba Ainho buscando un lugar donde aliviar sus necesidades
mañaneras y se encontró con un tipo con cara simpática que le pidió si le podía
sacar una foto, entablaron conversación y el tipo le dijo que el tenía una casa
a 130 kilómetros
de Darwin y que necesitaba limpiar los cristales de la casa y poner riego automático,
así que fue a la furgo habló con nosotros, nos dijo que nos pagaba la gasolina,
nos dejaba aparcar en su jardín, nos preparaba la comida y nos daba 120
dólares, así que a eso de la una del mediodía y tras visitar el Museo de arte
aborigen en Darwin, nos fuimos a la casa del tipo con cara simpática llamado
Dimmi.
Tras
nuestra llegada nos enseñó la casa, nos comimos una aceitunas (las primeras
desde que nos fuimos) y nos tomamos unas copas de vino charlando. Nos contó que
su mujer era japonesa que ahora estaba en Sydney y que la conoceríamos la
siguiente semana. Al atardecer dimos un paseo por la playa y para cenar nos
preparó un plato típico Indio con lentejas rojas, que por cierto estaba
riquisisisimo.
El viernes
mientra Ainho limpiaba los cristales de la casa, Iván y Dimmi se cavaron a base
de pico, pala y azada más de 300
metros de tubería para el jardín. Para comer preparó
bonito fresco frito al estilo japonés, una delicia para nuestro paladar. Por la
tarde, le llamó su mujer y nos contó que
tenía que adelantar su viaje a Sydney y que nos quedáramos en su casa, que
usáramos su comida, le limpiásemos la casa, le terminásemos de limpiar los
cristales y le regáramos las plantas, que en una semana volvían los dos. Algo
subrreal. Para cenar preparó carne de ternera guisada con vino tinto al estilo
Australiano, otra delicia. A eso de las diez se marchó y nos dejo al cargo de
su casa…
El sábado
por la mañana nos levantamos cuando quisimos, desayunamos unos huevos con bacon
y queso, dimos un paseo por la playa, consultamos el correo y a eso de las 12
nos tomamos un vinito con unas aceitunitas, para comer preparamos unos
medallones de atún como nos enseño Dimmi, por la tarde dimos un paseo por la
playa y por la noche cenamos sobras… jajaja.
El domingo
otra vez nos despertamos sin despertador, unos huevitos para desayunar, paseo y
consulta de Internet, vinito y aceitunitas, para comer pasta con verduritas
ricas ricas en el grill, nada más terminar de comer llegaron unos amigos de
Dimmi de Melbourne, una pareja de jubilados la mar de salados, charlamos
durante horas y por la tarde a eso de las cuatro nos fuimos a pescar todos
juntos atunes, la primera vez para nosotros, pero todo hay que decir que no
pescamos nada… Por la noche cenamos las sobras de pasta y arroz frito al estilo
Indonesio. Después de cenar, los abuelitos se juntaron a nosotros y nos
enseñaron fotos de sus hijos y nietos.
El lunes
nos dignamos a empezar a trabajar, no antes sin un copioso desayuno. Mientras
Iván tapaba todos los agujeros del jardín, Ainhoa limpiaba cristales, una vez
que Iván termino los dos seguimos con los cristales. Después del trabajo, a eso
de las 12, nos tomamos un vinito y preparamos para comer carne guisadita rica
rica, para por la tarde dar un paseíto por la playa y para cenar carne con
arroz.
Hoy martes
hemos decidido tras consultar el correo y ver que tenemos nuevas ofertas de
trabajo por alojamiento y comida, terminar de limpiar la casa y marcharnos a
otro lugar. Así probamos todos los estilos de cocina y conocemos gente nueva,
porque dinero ganamos muy poquito pero comemos carne y pescado todos los días
(antes solo una vez a la semana).
Así que
ahora no nos hacemos ricos pero comemos diferentes tipos de comida, vivimos
estilos de vida diferentes con Australianos, conocemos su manera de vivir,
practicamos ingles a diario y dormimos tranquilos sin tener que levantarnos a
las 6 de la mañana y no pagamos un dineral por la comida, que el dinero se
evapora.
Estos días
son especiales cargados de nuevas buenas noticias, ya que nuestra princesita
Nekane, ya es toda una mujer y ha aprobado el bachillerato a la primera
¡¡¡ENHORABUENA TATITA!!! Parece mentira como pasa el tiempo. También nuestro
primo Alberto y Bea han tenido un hijo, Iraitz, ENHORABUENA PAPAS.
ENHORABUENA
a todos los mirandeses ya que este equipo de campeones, EL MIRANDES, ha
conseguido en los tiempos que corren endulzar los corazones de todos nosotros.
El día 4 de
Junio ha sido el cumpleaños de la tía de Iván, Marijo ¡¡¡FELICIDADES TIA!!! Y
hoy es el cumpleaños del abuelo de Iván, Boni ¡¡¡FELICIDADES ABUELITO!!! Seguro
que celebráis los cumpleaños todos juntos entre risas y buena comida, que
envidia nos dais, disfrutar claro que si.
Muchos
besos para todos y a disfrutar el verano, que parece que ya esta aquí.
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